Café para dos

coffee cup 2 by MattBenn8

Mario, un chavo de 24 años, se encuentra platicando y riendo muy confiado de sí mismo con una chava rubia muy atractiva. Se abrazan con toda confianza y se hablan a una distancia comprometedora. Mario la toma de la mano, la mira fijamente a los ojos y le dice lo hermosa que es. Al terminar su declaración, acerca sus labios a los de la rubia y se funden en un apasionado beso.
Mientras tanto, en la vida real Mario es tímido, sin suerte con las chicas y sus ojos se encuentran perdidamente clavados en la misma chava rubia atractiva. La rubia le regresa una mirada de rechazo pero al ver que el chavo no reacciona ésta se levanta y se retira del café. Mario vuelve en sí de su pequeña fantasía romántica con la rubia cuando la mesera mueve a propósito la mesa donde él se encontraba. La mesera lo mira y le dice que se vaya a soñar a otra parte porque está incomodando a sus clientes. Mario voltea a su alrededor, saca su moneda favorita y la pone a girar sobre la mesa. Cuando la moneda cae, Mario la guarda en su bolsillo, se levanta y se retira del lugar.

Mario llega a su departamento y su vida retorna a ser nuevamente cotidiana. Durante toda su rutina, recuerda la fantasía que soñó con la rubia del café, pensando más en: ¿qué habría pasado si le hubiera hablado? ¿Habría sido como su fantasía? Decide terminar su día, y con el recuerdo de la mesera despertándolo de su sueño, sentándose frente a su televisor con el mando de su consola de videojuegos en ambas manos dispuesto a salvar a la princesa que siempre termina capturada. Adentrada la noche Mario se retira a dormir.

En el sueño, Mario se sueña así mismo sentado en la misma mesa del café donde estuvo esa misma tarde. A su alrededor hay personas sin rostros platicando entre ellas, siguiendo su día como si nada. Mario bebe un sorbo de café y frente a él de nuevo la rubia de la tarde, mirándolo con ojos de amor. Mario de su bolsillo saca su moneda favorita y la pone a girar. Ésta no deja de girar y girar. Mario despierta y se da cuenta que todo lo soñó, como siempre.
Dreaming by jerry8448

Mario va a la escuela, siempre se sienta en los lugares de en medio, aunque por lo soñador debería de hacerlo hasta atrás. 8 horas de clases con descansos de 5 minutos cada 2 horas, 6 horas son de sueños y fantasías. Las compañeras de Mario son lo suficiente bonitas y atractivas para que Mario sueñe toda una vida con cada una de ellas sentados en el café de siempre riendo y abrazados, claro hasta que siempre es despertado de manera evidente frente a sus compañeros y frente a las chicas bonitas con quien sueña.

Así transcurre otro día de clases llenas de conocimientos y muchas fantasías y sueños. Mario regresa al café de sus sueños, aunque la casualidad y coincidencia no estuvieron de su lado, tuvo que sentarse en un sitio un poco aislado decepcionado pues la rubia atractiva del día de ayer y con la que soñó un noviazgo perfecto no se encontraba aquel día. Nada nuevo resultó de su visita al café, así que regresó a su departamento dispuesto a volver a salvar a la princesa.

Esa noche Mario decide dejar su vida de héroe salvando princesas a muy temprana la noche. En su alacena encuentra una caja nueva de té con la descripción “Para dormir mejor”, pone a calentar agua y prepara una taza de té. Durante el sueño, Mario se sueña así mismo vestido como el héroe de su videojuego, matando y blandiendo la espada a derecha y siniestra. Va recorriendo los prados del reino hasta que ve algo inusual: Una puerta, no cualquier puerta, ésta puerta era la misma de la entrada del café donde Mario estuvo ese mismo día, solo que había un letrero advirtiendo “Entre bajo su propio riesgo”. Mario se acerca a la misteriosa puerta, trata de ver a través del vidrio; sin embargo no logra ver nada. Se da la vuelta y prefiere seguir matando trasgos a volver a ver a la rubia del otro día. Mario sigue su camino por la pradera y de nuevo algo inusual aparece en el camino, solo que esta vez era una hermosa singularidad. Frente a él se encontraba una joven mujer verdaderamente hermosa: sonriente, tez blanca y fina, cabello rojo, estilizada. Mario decide hablarle, pero la joven empieza a correr de una manera coqueta por la pradera, siempre volteando para percatarse que Mario la siguiera, por supuesto que así fue, Mario la seguía y la seguía hasta que al fondo de un camino distinguió la entrada del café con el mismo letrero de hace rato. La joven se detuvo frente la puerta y voltea hacia Mario, sonríe y entra. Mario corre más aprisa pero se detiene justo en la entrada. Trata de nuevo ver a través de la puerta sin ningún resultado. Mario empieza a caminar en círculos frente a la puerta pensando: “¿Será una trampa? ¿Sucederá lo mismo que con las demás chavas? ¿Y si mejor no entro? Mario da la vuelta y entra al café.

Coffee Time by asuka111
Mario se encuentra sentado en la misma mesa que tanto le gusta, bebiendo pequeños sorbos de su café exótico que tanto le gusta. Observa a su alrededor y como siempre hay gente platicando. De su bolsillo saca su moneda y le da vuelta. Una mano ajena la detiene, Mario voltea a ver y se queda perplejo. -¿Por qué le das vuelta a la moneda? -Dice la joven. Mario voltea a su alrededor y finalmente la mira fijamente y contesta: Lo hago para distinguir la realidad de los sueños, lo vi en una película y como soy muy soñador realmente me funciona. -La joven lo mira de manera coqueta y pone a girar la moneda. Mario observa que la moneda no se detiene y baja la mirada realmente decepcionado a lo que la joven le sonríe y dice: -No te preocupes, mañana prometo más tiempo para estar juntos, soy Gisela por cierto.

Mario despierta más abrumado que nunca, con más energía y más enfocado. Las noches siguientes, los sueños de Mario empezaron a ser sueños de aventura, acertijos y peligros, cada noche más difícil que la anterior, más largos, más cansados. Pero Mario tenía una motivación y un objetivo fijo, llegar con Gisela, puesto que ella era la recompensa. Al terminar un desafío, Mario siempre encontraba la puerta al café y entraba a ella sin dudarlo. Adentro, Mario y Gisela empezaban a conocerse más y más, a enamorarse, a quererse, a extrañarse. Aunque el tiempo fue acortándose más y más conforme los desafíos y obstáculos dificultaban el camino de Mario hacia la puerta del café.

Una noche, Mario es derrotado por los trasgos de la pradera, impidiéndole a Mario poder llegar a la
puerta del café. Al despertar, Mario se encuentra intranquilo, no desayuna pues la sensación de no haberla visto lo aflige, no presta atención a clases, no asiste a tomar su café exótico pues la noche anterior no la vio. Llega la noche, y Mario no logró salir del laberinto del minotauro, volviendo a fracasar en llegar a la puerta del café. Siguiente noche, Mario es asesinado por el agente secreto enemigo, y Mario despierta de golpe. Durante el resto de la noche, Mario reflexiona sobre qué podría significar todos los sueños que tuvo sobre Gisela: ¿Lucha por tus sueños? ¿Vence a cualquiera que interfiera entre tu objetivo y tú? ¿Lucha por mí, la chica de tus sueños? Él sabe perfectamente, que ella no existe, esa perfección de mujer no puede ser real pues lo perfecto no existe. Al día siguiente va al café, logra sentarse donde siempre. Mario se queda perdido pensando sobre sus últimos sueños, en eso la mesera lo saca de trance. Mario trata de disimular y saca su moneda. La mesera lo ve y le dice: - No deberías soñar tanto, es malo forzar los sueños, mejor vive la realidad y sueña lo que tu mente quiera soñar.- La mesera se retira a sus deberes. Mario reflexiona sobre eso y decide dejar fluir sus sueños. Al volver a soñar prefirió hacer caso omiso a todos los obstáculos que siempre salían. Mario eligió volver a soñar con aventuras de héroes, con el Apocalipsis “zombie”, con la película que vio antes de dormir, con cualquier cosa que lo alejara de aquella puerta. A partir de esa noche, Mario dejó de soñar con la puerta del café. Mario sueña así mismo como un sobreviviente de una emboscada durante una guerra. Mientras más se adentra en la aldea le es más difícil de escapar de los enemigos que aún lo persiguen. Sigue corriendo y al voltear atrás Gisela lo persigue con una AK 47. Mario corre aún más rápido y de golpe se encuentra entre las calles de una ciudad en ruina y vacía, vuelve a voltear hacia atrás y no hay nadie siguiéndolo. Sigue caminando, sigiloso pues no sabe que está sucediendo. Al doblar en una esquina, un grupo de muertos vivientes lo alcanzan a ver y van tras él. Mario intenta regresar por donde venía pero una “zombie” lo detiene, Mario la identifica: Gisela. Mario se la quita de encima y corre y no se detiene, intenta perderlos en un centro comercial, aún lo siguen. Recorre de tienda en tienda, abriendo puertas y puertas hasta que encuentra una demasiado familiar. Voltea hacía atrás buscando a los “zombies”, está solo. Observa la puerta y de nuevo intenta ver a través; sin embargo ahora sí alcanza a ver dentro del café. Vacío a excepción de una sola mesa, la que acostumbra siempre sentarse. Mario abrió la puerta y Gisela voltea a verlo: -Entra, por favor. Mario solo la observa, entonces saca  su moneda y la hace girar, ésta eventualmente deja de hacerlo. Gisela le pregunta: -¿Sucede algo malo?- Mario no contesta. Gisela se levanta y se acerca a él, toma sus manos y lo besa: -Anda, siéntate conmigo.- Gisela regresa a la mesa.- Mario la mira y contesta: -Esta vez no. La moneda empieza a girar de manera agresiva. Gisela lo ve y baja la mirada, Mario da la vuelta y cierra la puerta.

running by Melidesidero
Mario despierta y gira su moneda, ésta deja de girar. Mario convencido de lo que pasó en su sueño, decide empezar bien ese día. Se prepara para ir a la universidad con una nueva actitud. En la universidad, durante sus clases y sus descansos, Mario cree ver a alguien conocida: Gisela. Durante una clase, Mario presta atención a lo que su profesor enseña, en ese momento su compañera de enfrente voltea y dice: -¿Por qué me dejaste? – A lo que Mario voltea a verla y en lugar de ver a su compañera, era Gisela. Mario se levanta aterrado pero extrañamente Gisela ya no estaba, en su lugar su compañera lo observa y repite: -¿Me podrías prestar tu borrador?

Mario, todavía recuperándose de su pequeño susto, camina por los pasillos de su universidad, llega a
una banca y se sienta. Saca su moneda y la hace girar, ésta eventualmente deja de hacerlo. Un par de chicas pasan frente a él, Mario las observa y una de ellas voltea a verlo, Gisela voltea a verlo. Mario huye aterrorizado y en cada pasillo por el que cruza, Gisela estaba ahí. Huye hacia su café, pensó que tal vez su café exótico lo ayudaría a calmarse. Llega al café y se sienta en su lugar de siempre. La mesera se acerca para entregar el café y en lugar de servir uno, sirve 2, la mesera se aleja y Mario se percata del 2do café. Apenas Mario dice algo, cuando Gisela llega y se sienta frente a él. – ¿Por qué quieres huir de mí? ¿Acaso ya no me quieres? – Mario sorprendido de que Gisela esté ahí, contesta: - Entonces sigo soñando. Un sueño dentro de un sueño. Te quiero Gisela, pero quiero que seas real.- Gisela lo mira y contesta: Si me quieres, no huyas de mí.- Mario responde: -No huyo, pero quiero volver a soñar lo irreal y quiero vivir mi realidad.- Gisela lo ve, y sonríe, extiende la mano sobre la mesa y deja caer la moneda de Mario, ésta al caer empieza a girar.
Mario por fin despierta, y decide seguir con su nueva vida: La realidad. Sus días en su escuela transcurrían despacio, pero ahora Mario aprovecha sus clases en su totalidad. Ya no desperdicia tiempo volteando hacia sus compañeras y fantasear como si fueran su amor verdadero. Nadie lo sabía, pero Mario conoció a su amor verdadero en sus sueños, y eso lo cambió, pues a pesar de que fueron sueños para Mario se sintió más que real y él lo sabía.  Sigue yendo al café y aún se sienta en el lugar de siempre, solo que ya no voltea a ver hacía los demás, ya no le interesa ver a una chica rubia, morena, pelirroja atractiva y fantasear. Mario aprendió la lección, de nada sirve fantasear si no es real.

Así pasaron más días, Mario viviendo la realidad por más dura que sea, tratando de ser más confiado y saber que decir cuándo una chava le pregunta algo o por lo menos a no mirarlas detenidamente durante más de 1 hora. Aunque de igual manera, Mario no buscaba más el amor, no porque tuviera mala suerte sino porque hay cosas por descubrir antes de conocer al amor, como la vida misma.
Las noches se convirtieron en noches de sueños tranquilos, sin ella de por medio. Mario soñaba lo que él quería, cualquier aventura, misterio, etc. Sueños impredecibles.

INCEPTION by MarosStefanovic
Así pasaron más días, hasta que un día lluvioso, Mario llega al café protegido por su paraguas, lo
sacude antes de entrar y lo cierra. Su lugar preferido estaba disponible; sin embargo ese día decidió sentarse cerca de una ventana para poder disfrutar ver a la lluvia. Volteó hacia su alrededor y distinguió a una figura femenina en particular: La rubia con la que fantaseaba. Ella lo reconoció y Mario solo le sonrió y con su taza de café hizo el ademán de brindis y bebió un sorbo y apartó la mirada de ella. Mario no conforme, sacó su moneda y empezó a juguetear con ella, temeroso de que fuese un sueño le dio vuelta. Justo en ese momento alguien tomó la moneda y pregunta: -¿Por qué la giras?- Mario voltea a su alrededor y la mira fijamente y contesta: -Porque si se queda girando significaría que es un sueño, solo quiero percatarme de que no lo es.- La joven sonríe y dice: -Si eso fue un halago, ¿me puedo sentar contigo?- Mario se ríe y con una sonrisa se levanta y contesta: ¡Adelante! Sería un gran placer, me llamo Mario.- La joven se sienta y contesta: -Un placer, me llamo Gisela.

Alam
-Lo complejo de lo simple.

PD: Historia final del Curso de Storytelling, impartida por Luis Bolaños.

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