Golpes de Realidad XIV | Pensamientos aleatorios de una mente sin contexto



Tenía mucho tiempo pensando en qué escribir. No quisiera dejar de hacerlo, y déjenme compartirles que mi chica me regaló una agenda y decidí usarla como un pequeño diario, además de anotar mis gastos (y eso que ya tengo mi cuaderno asignado justo para mi economía). Hoy, al momento que estoy escribiendo, justo es un sábado y espero a que mi chica se desocupe de su jornada laboral, han pasado muchos pensamientos y recuerdos de mi vida, tal vez los últimos 10 años de ella.

Todo comenzó, creo, con una ayuda que me pidió el señor que me surte los garrafones con agua. Me contó de su bono y que tenía que vender cierta cantidad de garrafones para llegar a dicho premio y me pidió ayuda en dejarme vender un garrafón, que hasta ese momento no necesitaba pero vacié lo que quedaba de uno de estos ya que quedaba poca agua y le di veinte pesos. Quedó de llevármelo al día siguiente, yo espero que sí lo haga. Cuando se fue, pensé en cómo soy muy fácil de convencer o a veces soy muy buena persona, ingenua para algunos. Actualización de esto, pues sí, me mintió el señor y jamás regresó con mi garrafón, así que tendré que ir a comprar otro para reponerlo, ya que la empresa que lo tenía contratado, supuestamente lo corrió desde hace un mes y ahora el señor se dedica a estafar gente.

A raíz de lo anterior, esas memorias viajaron a mi mente y, seguramente no escriba de todas, pero definitivo quisiera mencionar que un par de estos recuerdos fueron justo de oportunidades que por mis razones, dejé ir o rechacé. Ofertas laborales debo aclarar, y justo son esas decisiones que cuando me doy cuenta de en dónde estoy y hasta dónde he llegado es cuando digo "guau, qué tanto ha pasado y qué tanto pudo haber pasado". Recuerdo que hubo un tiempo en el que mucha gente decía (y pensaba y seguramente muchos lo sigan haciendo): El hubiera no existe. Lo anterior, lo sé y siempre lo supe, pero mi mente tan fantasiosa siempre se sumergía en escenarios que nunca pasaron de peleas, amores, rechazos, oportunidades que dejé o rechacé.

Entre esos recuerdos, como mencioné, me enfocaré en oportunidades laborales que rechacé y dejé pasar. ¿Curioso, no? Tal vez para mí sí lo sea, porque justamente si hubiera aceptado esas ofertas, jamás me habría imagino estar donde estoy hoy. ¿Quieres saber cuáles rechacé? Ya voy para allá, solo un desahogo más quiero escribir y es el siguiente.

Estas últimas semanas, sino es que el último mes, ha sido muy difícil. He llegado a un límite en mi trabajo y he vuelto a escribir mi hoja de vida. Así es, a tal grado he llegado en mi límite y la verdad, ni he disfrutado la vida. Siento que no disfruto la comida, me da pereza jugar o leer y si mi cuerpo llegara a tocar una cama, me podría quedar ahí un buen rato, tal vez dormirme más de 12 horas. Seguramente una amiga querida al leer esto diría que necesito ir a un psicólogo. ¿Saben qué? Lo he considerado seriamente a pesar de que los aborrezco tanto (excepto a ella porque es diferente). Tal vez sí esté deprimido y justo que me siento estresado laboralmente es que me llegaron esos recuerdos...

Cuando aún trabajaba en aquel hotel cinco diamantes en la Riviera Nayarit, mi nuevo jefe me ofreció irme a Riviera Maya con él y su equipo. Honestamente me la vendió súper bonito, pero al llegar al sueldo fue cuando se rompió esa propuesta, ya que solo me ofrecía mil pesos más del sueldo actual. Yo me sentí estafado, ya que pues era considerar una mudanza, tal vez no literal llevarme todas mis pertenencias pero sí empezar de cero en una región que no conocía. Lo pensé un día y lo rechacé al día siguiente.

No recuerdo si a raíz de lo anterior, empecé a buscar otras opciones pero en Vallarta o Riviera Nayarit. Y surgió una justamente hasta el otro lado de la Bahía, en otro hotel cinco diamantes con una vista súper preciosa a la bahía. Un amigo muy querido trabajaba ahí, se sentía súper bien ahí y el me quería ahí con él. Me propuso ir a su hotel a probar suerte, incluso me ofreció mudarme con él para la cercanía al nuevo trabajo. Y bueno, pedí permiso a uno de mis tantos jefes, este sí era un jefe excelente y al saber para qué necesitaba el permiso, me deseó éxito. Y allá fui a dar, a Mismaloya, una llamada para que mi amigo bajara por mi y subir un cerro hasta su oficina. Un par de rostros conocidos me saludaron y entonces entré a la entrevista con el director de marketing y cuatro hombres más que no recuerdo qué hacían pero ahí estaban sentados frente a mi y uno a mis espaldas, literal sentado en un escritorio justo en mi espalda. La entrevista fue muy intimidante, todos viéndome, juzgando, hasta que nuevamente el sueldo fue lo que hizo que no lo pensara tanto. Me ofrecieron dos mil pesos menos de lo que ya ganaba, con el supuesto bono de hasta tres veces el sueldo ofrecido si cumplíamos metas. Lo rechacé durante la semana, pues independiente a poder mudarme a un lugar más cerca, era perder horas de mi vida hasta un lugar muy lejano por una paga menor y una promesa de un bono.

Y ahora, la siguiente oferta que creo que es la única que me dolió haber rechazado y tal vez la única en la que me haya arrepentido no haberla aceptado es la siguiente. ¿Recuerdan el jefe súper excelente que hasta éxito me deseó en mi entrevista? Bueno, él también estaba buscando ofertas para salirse del mismo lugar que yo y pues lo logró. Tiempo después, saltando de trabajo en trabajo, la vida lo llevó a la ciudad de Puebla, y para eso, yo no tenía empleo, estaba juntado con mi pareja en ese momento, y con creando proyecto con una amiga y otro proyecto con amigos. Este exjefe me contactó y no dio ningún rodeo, directo a la propuesta y todo. Lo rechacé con todo el dolor de mi ser, mi razón fue que ya tenía raíces que me impedían aceptar esa propuesta. El lo entendió y ahora me arrepiento de no haber "sacrificado" esas raíces y probar suerte en una nueva ciudad.

Tal vez este último mes que les mencioné haya traído a mi mente esos recuerdos, no lo sé pero aquí estoy desahogando un poco esas decisiones. Aquí el hubiera entra. ¿Cómo me habría ido en Puebla? ¿Habría funcionado mi relación de ese tiempo? ¿Y si sí me hubiera ido a Cancún bajo la sombra de un jefe que nunca me quiso realmente? ¿Qué habría pasado si me hubiera ido a Mismaloya? 

Confieso que siento he crecido realmente muy poco. ¿Será que mis trabajos anteriores y actuales siempre terminan en un muro? En ninguno se ha podido dar la oportunidad de verdaderamente crecer, puras falsas promesas sin ninguna duda. Bueno, tú que lees esto ahora sabes qué pasa por mi mente. 

Se busca motivación y un buen psicólogo.

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