Golpes de Realidad XV | Hola, extraño

 

—Hola, extraño. Ha pasado tanto, pero tanto tiempo desde la última vez que viniste a escribirme. ¿Cómo has estado? Te noto cansado, sin energía. ¿Harto de la vida? Sí, lo puedo ver en tus destellos plateados de tu melena. ¿No quieres hablar, verdad? ¿Qué te ha pasado que has perdido esa voz que tenían tus dedos al tocar una pluma sobre el papel?

—Hola, nuevamente yo batiéndome en un duelo interno en saber qué escribir. Sí, he estado muy cansado, sin energía y sin duda, harto de la vida. Aún soy joven, muy joven en comparación de muchos en esta vida, he buscado mis propias experiencias, mis historias, anécdotas. ¡Mis canas comienzan a asomarse! Aunque realmente no sé de qué hablar. No me salen las palabras, no coordino mis dedos con la pluma y el papel, y mis manos duelen al tratar de teclear.

—Vaya, ¿y qué has encontrado o descubierto de esas experiencias? ¿Alguna historia interesante? ¿Qué tal alguna anécdota? ¿Por qué has perdido esa voz?

—Experiencias he encontrado. Redundante, lo sé. Historias han sido muchas que no sabría por dónde empezar; así mismo con las anécdotas. Seguramente, entre alguna historia o anécdota, se perdió mi voz. No estoy seguro si la perdí en un viaje, o solo decidió separarse de mí. Tal vez se decepcionó de mí, aunque me gustaría creer que espera regresar una vez que recupere el camino. No lo sé, ¿habré perdido mi voz para siempre?

—¿Has intentado llamarla o buscarla? ¿Has hecho algo por saber dónde quedó? ¿Sabes en dónde erraste? En creer justo eso, que erraste. Y la vida está hecha para errar, para equivocarte muchísimas veces. Después de todo, ¿cómo creaste esa experiencia? ¿Cómo cosechaste esas historias? Errando, y te aseguro que erraste muchísimas veces hasta llegar nuevamente aquí. No dudo que tus dedos se sientan engarrotados, fríos por la falta de escritura. Tu mente seguro está yendo demasiado rápido, tanto que tus dedos son incapaces de alcanzar a tus pensamientos. Hay errores que nos cambian y hay errores que cometemos una y otra vez hasta por fin aprender de ellos. Y también hay errores que deben ser corregidos. El perder tu voz debe ser uno de ellos. Encuentra tu voz.