Golpes de realidad X | Gancho al hígado




Me llena de orgullo cómo personas cercanas a mí, crecen. Saber que no han quitado el dedo del renglón y cada día se acercan a lo que siempre soñaron, incluso unos ya viven el sueño.

En verdad me alegra que estén en el rumbo correcto, que no se han rendido, que han avanzado a su marcha y que sigan avanzando. ¿Pero qué fue de mí? No siento que haya avanzado y cada que miro atrás veo que el tiempo sí lo ha hecho pero yo sigo en el mismo lugar. Hace años un amigo citó a Tolkien y en su momento me cayó el golpe de realidad, ahora, vago sin rumbo y perdido.

Atrás en el camino se quedaron muchos sueños, muchos quisiera, muchas oportunidades y algunos intentos. Sigo sin arrepentirme, pero me habría gustado haber más cosas en su pasada oportunidad. A veces lloro frustrado pensando cuándo llegará mi oportunidad, el momento para acercarme, mínimo enderezarme y tomar el rumbo correcto. Otras veces me emociono porque creo que ya lo estoy, pero la realidad es cabrona (y supongo que sabia) y golpea tan duro que quisiera rendirme, quedarme tirado, morir.

Pero el orgullo me gana. Me levanto, me limpio las lágrimas y veo ese camino lleno de niebla mientras veo como los demás triunfan. No le temo al éxito, no sabría qué hacer con él pero deseo el éxito en mi vida, en cada cosa que me proponga y llenarme de orgullo cada logro que realice.

Prefiero morir buscando e ilusionado que  vivir en la mediocridad y conformismo. Si debo morir, moriré pero no sin antes de vivir un poco más. 

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