Golpes de Realidad XIII | Fantasma


¿Han tenido ese sentimiento o sensación de que si ustedes no existieran, el mundo seguiría igual? Ese sentimiento de creer que no generamos impacto dentro de nuestros círculos sociales y/o familiares. El saber que si tu no inicias alguna conversación con alguien o buscas a tus amigos, ellos tampoco lo harían. Bueno, eso me pasa últimamente, seguido siéndote honesto.

Tenía mucho sin escribir, en general cualquier cosa quitando el trabajo de en medio pues ahí me la paso escribiendo prácticamente todo el santo día. Normalmente no dejo que lo descrito en el primer párrafo me tire para abajo; pero hubo un momento que quise escribir esto, ¡y guau! Una pequeña ráfaga de realidad me golpeó. 

Desde inicio de pandemia ya lo había comenzado a sentir; incluso el mes de noviembre del 2020 desactivé mi perfil de facebook e ignoré todos los mensajes por whatsapp para desintoxicarme de lo que estaba sucediendo en mis redes sociales. Casi nadie lo notó y lo que me dolió un poco es que una o dos personas se comunicaron conmigo en mis otras redes sociales para preguntarme si me encontraba bien, y las que en verdad se dicen amigos cercanos, casi ninguna lo hizo. 

Sabía que al mudarme de ciudad, el distanciamiento haría relucir más esto. Quiero dejar claro algo antes de seguir, yo siempre hice por buscar, juntar, reunir y mantener algún tipo de contacto con la gran mayoría de mis actuales amigos. Dichas amistades se han fortalecido más por alguna u otra razón, pero aquí lo que quiero recalcar es que siempre me tocaba a mí mantener dicho contacto. Habiendo dicho lo anterior, acepto que también descuidé amistades, por razones tontas tal vez, y eso aún me duele. 

Aclarado lo anterior, ahora sí lo diré como lo siento: Ya me cansé de buscarlos. Sí, listo, ahí lo tienen y tal vez ya se lo esperaban. Una razón de la desintoxicación se la atribuyo al cansancio de siempre yo andar detrás de mis amigos, y a pesar de que no espero algo de vuelta por hacerlo, sería lindo recibir lo mínimo. 

Pero a pesar del cansancio, la soledad pega y uno no quiere estar sintiéndose solo todo el tiempo así que los termino buscando, solo para terminar sintiéndome peor: ignorado

Así es, me he sentido ignorado últimamente. Y eso me hace sentir triste, como si en verdad mi amistad, mi presencia en sus vidas hubiera sido pasajera. A mi edad es difícil ya tener amigos cercanos y confiables. La frase acerca de contar tus amigos con una sola mano, bueno, es muy real. 

Para mí siempre fue difícil hacer amigos. Y más porque por destino, porque el universo así lo quiso para mí, mi infancia siempre fue mudanza tras mudanza; así que amigos de la infancia no tengo; aunque debo mencionar a una persona, una única amiga que me quedaba de la infancia que tristemente nos dejamos de hablar apenas hace un par de años, ¿razones? Seré honesto, no lo sé, lo último que recuerdo era una presión por parte de ella para realizar algo y yo enojándome porque su presión realmente tocó partes sensibles (tal vez verdades que no quería darme cuenta) en su momento y bueno, una amistad menos.

Pasando a mis amigos de la época de la secundaria, me quedan algunos, esparcidos entre Guadalajara, Puerto Vallarta y Alemania, tal vez en alguno otro lugar pero desconozco. Ellos, bueno... Resumo, son todo un caso y la diferencia entre clases sociales siempre me incomodó tras cambiarme de escuela.

¿Preparatoria? Solo uno me queda y para bien o para mal, es parte del círculo de mis amigos de la secundaria y a él, lo admiro y sé que si le marco algún día querrá escucharme. Al menos eso quiero creer.

En la universidad es donde verdaderamente entrelacé buenas amistades, pero, solo unas cuantas son las que perduraron después de graduarme. Son los que me ignoran, la gran mayoría al menos.

Amigos fuera de escuelas, bueno, los tuve. Uno recientemente le advertí que tenía prohibido hablarme hasta que él fuera feliz. Me cansé de su tristeza, de su constante rechazo hacia mis consejos, y su estúpido afán de hacerle mayor caso a sus otros amigos cuyos consejos eran malos. Tal vez ahora él sea feliz, no lo sé, se disculpó después de aquella vez, pero no hemos hablado

Al momento de seguir escribiendo esto, trato de recordar qué tanto me costó hacer amigos y vaya, sí lo fue en la gran mayoría de los casos. Los fáciles fueron los que eran amigos de amigos y conocidos y los gustos en común nos mantuvieron muy unidos. Pero los demás, no sé cómo le hice sinceramente pero los hice, como dije, entrelacé buenas amistades en su momento pero el tiempo, universo así lo quiso, separar dichos lazos y seguir hacia adelante. Tal vez, solo tal vez, aprendí algo de ellos (o no) y por eso mismo debíamos separarnos. ¿Pero los que tengo? ¿Cómo sé cuáles siempre estarán aunque esté al otro lado del mundo o a unas cuántas cuadras de sus hogares? 

Luego regreso a la misma sensación de párrafos anteriores: siento que mi presencia en sus vidas no ha tenido impacto; un fantasma, solo un recuerdo de un sujeto que alguna vez estuvo en sus vidas. 

Lo sé, tú que lees esto me dirás (o no) que estás para mí, que es normal, pero la soledad es canija, dura, no perdona y, por el momento, no se va. 

Es difícil de repente levantarme todos los días, pero mi ingenuidad (tal vez) impide apagar la llama de la esperanza de que valgo aunque sea un poco en la vida de mis amigos, de algunos, mínimo un par de esas amistades; no ser un fantasma, un viejo recuerdo, de esos que se olvidan fáciles y son difíciles de recordar los nombres o rostros de esas personas cuyas vidas alguna vez se entrelazaron. 

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