Geraldine

—¿Joven? ¡Joven?— Dijo uno voz entre suave y algo desesperada. Abrí los ojos, estaba desubicado, mareado también. Alcé la mirada y vi unos ojos curiosos que seguían tratando de despertarme.

—¿Qué pasa?— Contesté adormilado.
—Joven, tiene que bajar. He llegado a mi última parada.
—¿Eh? ¿Dónde estamos?— Quise preguntar pero el chofer tomó de mis ropas y me levantó guiándome a la bajada del camión. No tuve oportunidad de nada y el viejo subió y se marchó, dejándome a mi merced.

Según mi sentido de la orientación me hizo caminar hacia, mi percepción, calle arriba. Hacía frío y no sabía a dónde dirigirme; sólo comencé a caminar. Me abrigué un poco más con mi chaqueta y me acomodé mejor mi gorra. Seguí caminando, hundido en mis recuerdos… ¿Recuerdos? Bueno, realmente ya no tengo un lugar a dónde regresar. Decidí abandonarlo, mi vida allá terminó; y, ahora me encuentro en no sé dónde, con frío y sin rumbo buscando una nueva vida.

Me perdí tanto dentro de mi mente que el golpe que sentí tanto en la cabeza como el sentón al caer, me trajeron de vuelta al mundo real.

—¡Ay, lo siento!— Una voz femenina se disculpó apenada.
—¡Yo lo siento! Es obvio que no te vi.— Respondí, me levanté y ahí es cuando la vi: Era una chica alta de piel blanca y cabello negro. Ella me miró mientras me levantaba y me sonrió tan dulce que me causó un gran alivio.
—No te preocupes —contestó—. ¿No eres de por aquí verdad?
—No, voy llegando a la ciudad, prácticamente me voy bajando del camión.— Contesté; su mirada cambió de preocupación a emoción de inmediato.
—¿Quieres ir a un lugar divertido?— Preguntó emocionada mientras jalaba de mis ropas dirigiéndome.
—¿A dónde me llevas?— Pregunté con pánico.
—No te apures, te gustará y te divertirás —contestó jadeando—. Me llamo Geraldine por cierto.— Agregó finalmente.

Geraldine se detuvo en un callejón, estaba iluminado con algunos señalamientos  y música se escuchaba animando el ambiente. La miré y ella me regresó una sonrisa sincera y luchando una pelea interna para tratar de no mostrar tanto su emoción. Bajó las escaleras y entró al lugar. Dudé en seguirla, pero no tenía nada que perder y un poco de diversión no me caería nada mal. La seguí finalmente.

El lugar era un club nocturno, música en vivo se escuchaba en todo el sitio, gente bailando swing y la música misma ambientaba perfectamente el lugar. La gente bailaba y parecían de disfrutar tanto que sus miradas me indicaban que sus problemas no existían. ¡Que envidia! Fue lo que pensé.

—¡Oye!— Geraldine me gritó.
—¡Que buena música!— Le grité emocionado mientras me acercaba con ella.
—¡Sí! —gritó emocionada—. ¡Aquí siempre hay música! ¡Todos bailan y olvidan sus problemas!— Geraldine gritaba de la emoción.
—¿Quieres bailar?— Grité mientras le extendía mi mano y miraba hacia la pista de baile. La mirada de Geraldine se transformó en felicidad pura. Su sonrisa no cabía en su rostro y de inmediato jaló mi mano y en un instante ya estábamos bailando.

La música tenía un muy buen ritmo, el swing sin duda borró mis problemas que cargaba hasta el momento que llegué y choqué con aquella mujer de piel nívea. Ella se movía con mucha gracia y energía; yo trataba de mantener su ritmo, sin duda ella era muy buena con este swing; nos tomábamos de la mano, las soltábamos, cambiábamos de lugares y dábamos giros vigorosos. La música no paraba, y este swing legendario nos hacía bailar más y más. Ella se acercó a mí en un movimiento repentino y me besó; el más delicioso beso que una mujer me haya dado. Sus labios estaban abrazando a los míos y su néctar se combinó con el mío. No quería que terminara el momento pero nos separamos y finalmente nos miramos a los ojos. No sabía lo que sucedía, ninguno de los dos lo sabíamos. Nos reímos, y aquel swing legendario fue el inicio de lo que cambió mi vida, el inicio de una vida con aquella mujer de piel blanca y cabello negro; esa mujer que mi corazón anhelaba conocer.

Bendy x Alice SKETCH by fnafmangl

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