El suicida y el demonio

On the Mountain by Justinoaksford


Subí y no me detuve. Seguí subiendo hasta el la cima de la montaña. Hacía frío pero no detuve, el calor del camino era suficiente para mi. Seguí caminando, hasta que lo encontré: La cima misma.

Me acerqué al borde, y contemplé la vista. El paisaje blanco rodeaba mi ubicación, la ventisca era lo suficiente fuerte para nublar la visión, exceptuando por el abismo a mis pies por supuesto, al contrario de la blanca escena, el fondo era negro, vacío y muerte segura. Viendo al vacío, lo mejor que pudo haber hecho en treinta años de mi vida, admirar la espesura de esa negra caída, me preguntaba cuántos segundos tardaría en llegar si me aventaba, qué me rompería incluso en qué momento me podría desmayar.

Perdido en mi desesperación, decidí dar un paso más al abismo; apenas alcé el pie para terminar con mi curiosidad de conocer más allá, sentí unos pasos bastante pesados, un olor a azufre cubrió lo fresco de la ventisca y ese ente se colocó a mi lado.

─”Así que, darás el gran paso, ¿verdad?” ─dijo el ser. Sin voltear conteste:
─”Eso planeaba, pero, me distrajiste, ahora tengo que volver a contemplar el abismo y enamorarme una vez más.” ─regresé mi pie justo a lado del otro y nuevamente intenté perderme en aquella oscuridad.
─”¿Qué es lo que buscas mortal?─ Sus palabras me hicieron voltear y fue cuando descubrí lo que aquel ser era: Poseía unos cuernos enormes, perfectamente curvados hacia atrás; su rostro era como el de cualquier humano, pero sus pequeños colmillos y sus ojos sin emoción delataban su verdadera naturaleza; sus grandes alas abarcaban el doble de sus brazos; y poseía una roja piel como si sangre se tratase y estuviera recién bañada en ella; un demonio sin duda.
─”Pregunté algo mortal, ¿qué es lo que buscas en este lugar alejado del mundo?─ Me dijo con una voz impaciente. Miré nuevamente al vació y finalmente respondí:
─”La busco a ella, demonio.” ─lo volteé a ver y este me volteó a ver─. ”Aquí es muy seguro que no la vas a encontrar.” ─sonrió al decirme─. ”Dime, ¿qué es lo que en verdad estás buscando, mortal?”─ Sus blancos ojos se quedaron observando a los míos, sentí como la eternidad pasó en un parpadear y, como si su mirada me incitara a hablar, rompí la hipnosis y dije:
─”Busco olvidarla. Y creo haber encontrado la forma.” ─volteé al abismo y suspiré. El demonio tocó mi hombro─. ”No creo que esa sea la forma. Háblame de ella y si está en mi poder, te ayudaré mortal.”─ Terminó de decir y mis ojos se inundaron. Lloré como si jamás hubiera llorado, las lágrimas salían y no dejaban de salir. Respiré lo mejor que pude, controlé un poco el llanto y comencé a hablar.
─”La amo. Realmente lo hago. Amo todo de ella, cada detalle desde sus ojos negros hermosos hasta sus pies pequeños y adorables. Adoro su rostro, ese par que cuando me miran, me estremecen, me paralizan y me hacen sentir un millar de emociones; pero cuando sonríe, mi corazón se detiene de lo hermoso que es verla sonreír; muero cada vez que me ve y sonríe, saber que soy el motivo de su sonrisa, el causante de, por poco que sea, esa felicidad que siente en el momento. Adoro su cuello, ese par de brazos que rodea mi cuello y sus manos delicadas me atraen hacia el suyo, ahí es donde me pierdo en su aroma, dulce y femenino, volviéndome loco en cada respirar. Amo sus curvas, su cuerpo que me encanta abrazar para, que de cierta manera, se sienta protegida por mi, pues ruego por el alma que ose ponerle un dedo encima. Soy feliz porque ella está feliz, ¿sabes cómo sé que es feliz? Porque está siendo feliz con alguien más, no conmigo, con alguien más te digo. Tanto tiempo, recogiendo los pedazos de su corazón, incluso he llegado a reemplazar piezas demasiado fracturadas con partes de mi propio corazón. ¿Acaso eso no es amar lo suficiente? Pensé que ella era mi destino, pensaba que ella sería más que una simple mujer en mi vida, quería que fuera la mujer, la única mujer para el resto de mi vida. Y veme aquí demonio, al borde del abismo porque es a ella a quien quiero, a quien amo y no soy quien está a su lado. ¿Sabes demonio? No sé porqué estoy aquí. Solo caminé y caminé llegué a la cima, ahora quiero enamorarme de la oscuridad que hay en ese abismo y sentir lo que se siente tocar fondo.”─ Terminé de decir directamente a los ojos del demonio. Increíblemente, una lágrima corría por su mejilla. No supe qué más decir, jamás había visto un demonio llorar.

El demonio se agachó para que nuestras miradas se encontraran a la misma altura. Otra lágrima caía por su mejilla.

─”Mortal, ¿qué puedo hacer para aliviar tu dolor? ─preguntó directo y sin rodeos─. ”Dejarme saltar, por favor.”─ Supliqué. El demonio se levantó y dio unos pasos atrás. Sus brazos tomaron las puntas de sus alas y empezó a jalar hasta arrancarse ambas alas, no mostró dolor ni gesto parecido alguno. Con las alas en sus manos, se acercó a mí y como si un rompecabezas se tratase, me adhirió las alas a mi espalda. Las alas demoníacas se transformaron de vil escamas sin sentido a hermosas plumas blancas, se convirtieron en parte de mi, una parte que me terminaron de completar.

─”Salta entonces.”─ Me dijo el demonio, entonces caminó hacia el abismo, volteó hacia mí, sonrió y saltó. Corrí hasta el borde y su silueta desapareció. Contemplé nuevamente esa negrura, pero una luz me llamó de arriba, la ventisca se estaba disipando y pude ver algo más que el blanco de la nieve: Color.

Fly by RoadCaesar
Me alejé del borde, tomé cierta distancia y corrí nuevamente al borde y salté. Caí y caí, sentí el viento en mi cara, extendí las alas y comencé a volar hacia el sol…



─”Por fin despiertas, me temía que no regresaras al mundo de los vivos. Bienvenido.”─ Un señor con bata blanca se alejó de mí, solo veía el techo y una luz blanca apuntando hacia mi. Al fondo, se escuchaba un sollozo, la voz del señor en bata blanca diciendo algo, de repente calló y el sollozo se convirtió en llanto de alegría. Una silueta, angelical, perfecta, conforme se acercaba a mi, mis ojos descubrían belleza en dicha silueta: un hermoso par de ojos negros, un rostro cubierto de pecas perfectamente imperfectas con una sonrisa que me enamoró de inmediato; su voz, dulce y el aroma que desprendía de su cuello era delicioso. Mis labios sonrieron.
─”Te extrañé tonto, no me vuelvas a hacer esto por favor.” ─dijo, tomó mi mano y lo acercó a su mejilla. Pude sentir sus lágrimas humedecer mis dedos, después, besó mi mano─. ”Te amo, perdón por tardar en averiguarlo.”─ finalmente dijo.

Sólo sonreí, cerré mis ojos. A lo lejos, un pitido comenzó a desaparecer. Me dormí, feliz por supuesto.


Alam
-Lo complejo de lo simple.

Dedicado a ti, la persona que está matando mis demonios. Gracias.


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